
Cada viaje comienza con una historia
La historia del Centro de Defensa de la Mujer comenzó en agosto de 2018. Siguiendo el llamado de Dios a aventurarme en el mar, dejé mi carrera como abogada para seguir adonde creÃa que Él me guiaba. En marzo de 2019, tres amigas me acompañaron en este camino: Pam Adams, Daynette Blackwell y Kathy Howard Yoakum. Hemos estado juntas desde entonces.
Juntas, nos comprometimos a adoptar un enfoque holÃstico en este ministerio, centrándonos en la mujer en su totalidad: cuerpo, mente y espÃritu. También nos comprometimos a dar voz al problema de la violencia doméstica mientras acompañábamos a las sobrevivientes en su proceso de superación. Hubo dÃas difÃciles, pero también presenciamos transformaciones asombrosas.
Guiadas por Mateo 19:26, que enseña que "todo es posible para Dios", llevamos esperanza a las mujeres a las que servimos y les ayudamos a creer en lo que era posible para sus vidas. En el proceso, hemos llorado, crecido, reÃdo y nos hemos entregado por completo a esta labor. Es un privilegio continuar este camino mientras empoderamos y apoyamos a las sobrevivientes de violencia doméstica.
R. Romona Jackson, presidenta fundadora y directora ejecutiva
El Centro de Defensa de la Mujer
Nuestra misión es empoderar y apoyar a sobrevivientes de violencia doméstica, agresión sexual y acoso en comunidades rurales y suburbanas, mostrándoles el amor de Dios. Para lograr nuestra misión, educamos a sobrevivientes y vÃctimas sobre cómo alcanzar la estabilidad en sus vidas a través de la independencia económica, relaciones saludables y una fe firme en Dios a través de Jesucristo.
Nuestra visión es que las comunidades rurales y suburbanas colaboren valientemente en la creación de entornos seguros donde las mujeres y los niños puedan crecer y prosperar.
Nuestras creencias se arraigan en nuestra fe. Creemos en la compasión sin concesiones; en el comportamiento ético en todas nuestras relaciones; en la defensa valiente de quienes no tienen voz; en la buena administración de lo que Dios nos ha confiado; en el amor a Dios, a nosotros mismos y a los demás; en la inclusión; y en el tiempo para la diversión, el descanso y la tranquilidad.
Creemos en vivir los componentes del Modelo Santuario, que se centra en crear espacios seguros para nuestros clientes, conectar con ellos de forma emocionalmente inteligente, abrirles espacio para el duelo y mirar hacia el futuro con esperanza. Creemos en el poder de Dios para transformar familias e individuos a través del Evangelio.